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16 de mayo de 2007

Saeta paracaidista

Saeta interpretada por un sargento de la Brigada Paracaidista
durante el Traslado del Miércoles Santo.

11 de mayo de 2007

... en San Agustín



Almuerzo de hermandad

El pasado sábado día 5 de mayo tuvo lugar el primer "concurso de paellas de la Mayordomía de Animas de Ciegos". Se dieron cita algo más de 60 personas entre hombres de trono y nazarenos, con sus respectivas familias, quienes disfrutaron de una excelente jornada de hermandad y confraternidad, deleitándose con cada una de las tres paellas que participaron en el concurso. La idea surgió en la pasada Cuaresma, trás la última comida de las que realiza periódicamente la Mayordomía, en la que se pensó dar un pasito más hacia delante y abrir estas reuniones a todos y cada uno de los integrantes de la Sección de Animas de Ciegos realizando un almuerzo totalmente gratuito para todos los asistentes. Y así se hizo, convocando vía e-mail a todos los participantes del desfile procesional de la pasada Semana Santa.
Aunque estando en plena naturaleza, las nuevas tecnologías permitieron a los presentes visionar una película con la Salida Procesional del Miércoles Santo y recordar los emotivos momentos vividos, como cada año, bajo la Túnica color negro de esta Sección.El sentimiento generalizado de todos los asistentes al final de la jornada fue de "esto hay que repetirlo"... Desde esta Mayordomía decimos que por supuesto que SI; es más, no esperaremos hasta el año que viene.

4 de mayo de 2007

... la mañana del Miércoles Santo ...

... La mañana del Miércoles Santo amaneció entre turbia y clara. Como el sinsabor del agridulce, el sol se disfrazaba de amenazantes nubes de lluvia, y a la hora más temprana, esa en que ni siquiera las calles se abren al paso de los viandantes, las puertas de la Iglesia de San Agustín ya nos invitaba a pasar para contemplar en pública intimidad la yacente Imagen del Soberano de Ánimas de Ciegos...
A las puertas de la casa de Dios, en la mítica calle de San Agustín donde hoy confluyen las vistosas pinturas de nuestro pintor más universal con las veneradas tallas de la Hermandad más grande del mundo, formó dispuesto el cuerpo de gala de la Brigada Paracaidista del Ejercito de Tierra, que de nuevo, otro año más, acudía a Málaga para recibir la bendición de su Patrón y Protector..., de nuevo como una tradición, de nuevo como una condición, de nuevo como símbolo de amor, de nuevo como ilógica razón...
En silencio, la más antigua talla de cuantas se procesionan en la Semana Santa malagueña salió despacio, casi sin mecida, casi sin viento que turbara sus cabellos, casi sin luz que iluminara sus ciegos ojos, casi sin peso alguno sobre su cuerpo que de nuevo había sido descubierto y liberado de las entrañas del pasado... y sonó de nuevo para acariciar su oídos la marcha real, la que nos indica que el Rey y Señor ha salido de casa, y sale de casa para mostrarse al pueblo de Málaga más original y más Cristo de Ánimas de Ciegos que nunca...
¡Señor de Ánimas de Ciegos!, ¿Durante cuánto tiempo de busqué y ahora te he encontrado?, ¿Cuántas veces te negué y ahora te veo más desnudo que nunca por mi incongruencia?, ¿en qué rincón de tu cuerpo, de tu rostro, de tu pureza se escondió alguna vez el sol para siempre?, ¿dónde quedó la memoria que no recuerda tus latigazos y tu doliente piel?, ¿en qué esquina de mi corazón he descubierto que me has abierto los ojos para no ser cautivos de la mirada traicionera de la historia?...
El cuerpo de la Soberana Imagen, más inerte que nunca, dejó reflejar la mirada ausente de los presentes, la admiración de aquellos que descubrieron en la cercanía de los hombros paracaidistas que un familiar cercano ha vuelto a estar entre nosotros. Y la plaza del carbón quedó pequeña, y a la puerta de Calzados Alas las devociones añejas de estampas deterioradas volvieron a su culmen, y la sangre que ahora buye a borbotones del costado del Señor de San Juan bañó de nuevo entre gotas de lluvia la cera que ya inundaba la calle Granada.
"La muerte no es el final del camino" se hizo oración reinventada a los oídos de los devotos en la antigua Plaza de José Antonio dibujando un añorado y casi desconocido dibujo en un lugar que siempre fue centro del mundo para la malagueña celebración de la pasión.
No recuerdo más del recorrido..., de allí partimos hacia la por siempre gloriosa Parroquia de San Juan Bautista de Málaga, esa que a una Venerable Orden Militar y Hospitalaria se debe para depositar al Rey de Reyes donde le corresponde... en su trono procesional... Al fondo de la calle Calderón de la Barca, frente a las Puertas del Cielo que son algo más que bisagras y madera para los hermanos fusionados, la Brigada Paracaidista formó al margen derecho de la calle, en posición de firmes y presentando sus respetos al paso del Santo Cristo que avanzaba lento y pausado, a los sones del "Bolero Militar", buscando el paso hacia el bajo coro de la nave central de la Monumental Parroquia donde se encontraba en pausada espera su barroco trono... y sobre él, esperando, nosotros, y cuando digo nosotros nos referimos no en cuerpo pero si en espíritu a ese cuerpo de autodenominados guardianes de la Soberana Talla, que ese día como otros tantos, apartábamos todo protagonismo para no hacer sombra alguna al Soberano... y por fin Ánimas de Ciegos fue exaltado a la antigua usanza, al son del toque de oración de la Brigada Paracaidista, al modo en que lo hicieron nuestros abuelos..., mi abuelo..., siendo elevado al cielo por los brazos de sus amantes y amados hijos fusionados para ser soberano sobre peana magistral de madera tallada y dorada para erguirse, más Cristo de Ánimas de Ciegos que nunca ante el pueblo malagueño que lo adora y lo acoge en su seno cuan sempiterno devoto amor...

Rafael Romero Palomo